miércoles, 9 de septiembre de 2015

la Doctrina en el cooperativismo

La doctrina cooperativa descansa fundamentalmente sobre los llamados principios cooperativos. Estos principios fueron enunciados y organizados, de manera sistemática, en los estatutos de la Sociedad de los Equitativos Pioneros de Rochdale en 1844. Han sufrido modificaciones, pero no de fondo, a lo largo del tiempo transcurrido. Tuvieron su base en los planteamientos que hicieron los llamados socialistas utópicos: Roberto Owen, Charles Fourier y otros. Estos hombres expusieron como base de la organización cooperativa: la asociación, la naturaleza voluntaria de la cooperación, la empresa funcionando por medio de la democracia y la empresa aspirando al servicio y no al lucro (Lambert, Paul, La Doctrina Cooperativa, p. 44). De las exposiciones de esos hombres que en la lucha económico-social previa a Rochdale, jugaron un papel muy importante, y de la tradición de los fundadores de las primeras cooperativas incluyendo la de Rochdale desde luego, la Asociación Cooperativa Internacional ha resumido los denominados valores cooperativos así: la autoayuda, la autoresponsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad, y también aquellos valores éticos como son la honestidad, la transparencia, la responsabilidad y la vocación social. (Boletín de la Asociación Internacional de Derecho Cooperativo, de 25 enero-abril, 1996, p. 24). En este mismo Boletín aparecen los siete principios cooperativos que actualmente orientan al cooperativismo en el mundo, y que son acogidos en nuestra vigente Ley Especial de Asociaciones Cooperativas, en su artículo 4.

Estos principios son: 1) Adhesión voluntaria y abierta. 2) Gestión democrática por parte de los socios. 3) Participación económica por parte de los socios. (Comprende el retorno, como los viejos cooperativistas llaman a este principio, y con los aportes de las nuevas experiencias). 4) Autonomía e independencia. 5) Educación, formación e información. 6) Cooperación entre cooperativas. Y 7) Interés por la comunidad. Sobre estos valores y principios se desarrolla toda la teoría del cooperativismo, como manifestamos al comienzo. Desde luego, estudiando y recogiendo todo el bagaje positivo que va dejando el cúmulo de prácticas en el quehacer cotidiano de la actividad cooperativa. En nuestro país poco se ha escrito sobre esta materia, pero aspiramos que con el auge que tomen las cooperativas y con los problemas que van saliendo al tapete, se hagan aportes importantes para la doctrina. 

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